Existen tantas formas de besar a una mujer: usando los dientes, un apretón en la cintura, mojar sus labios con tu lengua, tocando su cara, el juego de miradas antes del beso y bueno, subirla hacia ti sujetando fuertemente sus nalgas.
Pero en realidad el apretón o la humedad del beso no lo es todo, ellas buscan sentir en cada segundo. Las mujeres están fabricadas a base de sentimientos, en donde debemos ser capaces, con un cálido suspiro en sus mejillas, hacerle sentir que en ese momento ella es lo más importante, que la deseamos, la aceptamos tal y como es y sobre todo, sentirse amada.
El dilema está en el tipo de beso que busca y necesita ella en ese instante, ya que de los 30 días que tiene el mes, 50 tienen un humor diferente. Quizás eso las haga ser especiales y nos rete día a día a conquistarlas, pero no suprimo la razón que quizás ese sea el motivo de la infidelidad.
Ellas están hechas de detalles, que son muy pequeños, pero con la astucia masculina los puedes llegar a convertir en uno gigante. Tampoco la idea es revelar secretos, pero si estar consciente que cada vez que beses a una mujer, debes dejar tu aliento marcado en ella. Que cuando te huela, sienta ese beso como si estuviese pasando en ese instante. Que al recordarte, pueda humedecer esa parte del cuerpo que le inspiras, pero también que le hagas latir el corazón y así se equilibre su cuerpo nervioso y lleno de ansias de ti.
Pero en realidad el apretón o la humedad del beso no lo es todo, ellas buscan sentir en cada segundo. Las mujeres están fabricadas a base de sentimientos, en donde debemos ser capaces, con un cálido suspiro en sus mejillas, hacerle sentir que en ese momento ella es lo más importante, que la deseamos, la aceptamos tal y como es y sobre todo, sentirse amada.
El dilema está en el tipo de beso que busca y necesita ella en ese instante, ya que de los 30 días que tiene el mes, 50 tienen un humor diferente. Quizás eso las haga ser especiales y nos rete día a día a conquistarlas, pero no suprimo la razón que quizás ese sea el motivo de la infidelidad.
Ellas están hechas de detalles, que son muy pequeños, pero con la astucia masculina los puedes llegar a convertir en uno gigante. Tampoco la idea es revelar secretos, pero si estar consciente que cada vez que beses a una mujer, debes dejar tu aliento marcado en ella. Que cuando te huela, sienta ese beso como si estuviese pasando en ese instante. Que al recordarte, pueda humedecer esa parte del cuerpo que le inspiras, pero también que le hagas latir el corazón y así se equilibre su cuerpo nervioso y lleno de ansias de ti.
10 de noviembre del 2008
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